viernes, 13 de diciembre de 2013

''La realidad''

Se podría denominar realidad al conjunto de las cosas existentes, como así también a las relaciones que estas mantienen entre sí. Parece de sentido común, pero ha sido un concepto ampliamente debatido por los filósofos desde siempre. La principal dificultad siempre consistió en el grado de importancia que se le daba al papel de los sentidos en la comprensión del mundo.
Los primeros planteamientos filosóficos sobre la realidad pueden encontrarse en la Grecia clásica, como Platón. Según este filósofo, lo observable por los sentidos no es nada más que el reflejo de la verdadera realidad, que consiste en el universo de las ideas. Así, el mundo presente debe interpretarse como una representación que carece de sustento propio.
Aristóteles mantiene una postura diferente a la de Platón. A él se le puede considerar un filósofo plenamente realista, en la medida en que valora como fidedignos a los datos que percibimos a través de los sentidos. Para él, un objeto de la realidad se comprendía por los conceptos de sustancia y accidente, la sustancia sería la forma que lo hacía pertenecer a una clase determinada, y el accidente, lo cambiante entre cada miembro de la especie. Esta teoría tuvo gran repercusión, llegando hasta el Edad Media con la teología que desarrollo Santo Tomás.
Para George Berkeley, filósofo irlandés, sólo existen las percepciones del mundo, aunque no el mundo.
Kant intentó unir estas dos posturas frente a lo real y valoró tanto a los datos percibidos por los sentidos como a las categorías mentales a los que estos se aplican , como por ejemplo, causa y efecto, sintetizando ambas posturas.
Aunque quedan temas por tratar, hoy se discute menos sobre el problema de la Realidad, relacionándolo con nuestra capacidad de conocer lo existente, por tanto, con los avances de la ciencia
En la actualidad el problema de lo real es menos discutido, aunque aun quedan temas por tratar. El tratamiento de estos se relacionaría con nuestra capacidad de conocimiento de lo existente y por lo tanto, con los alcances de la ciencia.

jueves, 12 de diciembre de 2013

No hay camino a la ''felicidad'', la ''felicidad'' es el camino.

Nadie puede decir que el tiempo de felicidad no le ha llegado, ya que mentiría. Es cierto que cuando tenemos felicidad, es como si lo tuviéramos todo y cuando no la tenemos es como si nos faltara algo, y hacemos todo por tenerla. Por eso pienso que todos tenemos derecho a ser felices, todos necesitamos el cariño de las personas que nos rodean; no ser feliz con la última tecnología  que existe actualmente, sino con el cariño de nuestra familia y nuestros amigos. Yo intento transmitir felicidad a los demás, porque pienso que para que haya un ambiente feliz, tengo que empezar aplicándomelo yo misma, para hacer feliz también a mi alrededor.

 En la carta de Meneceo a Epicuro, lo que más resalta es el tema de la <<felicidad>>, como intenta Epicuro expresar a Meneceo el valor de esa palabra. Epicuro intenta transmitir su sabiduría a Meneceo y aclararle los rasgos de la felicidad y saber cómo conseguir la propia felicidad. Pienso que es un tema bastante interesante, porque Epicuro deja suficientemente claro como se puede alcanzar la felicidad.

Hay que vivir la vida al día, estar siempre feliz disfrutando momento a momento, ya que no sabes hasta cuando estarás presente.




¿QUÉ ES PARA MÍ LA DIGNIDAD?

La dignidad es una cualidad que tenemos todas las personas que nos hacen únicos e irrepetibles.
En el pasado a las personas no se les valoraban, pero hoy en día a las personas se les tiene respeto porque tienen dignidad.
La dignidad significa la calidad que una persona merece tener en proporción a su mérito y condición, con razón y justicia. De la dignidad salen los Derechos Humanos, que son las libertades que se incluyen a todas las personas.
Las personas tenemos que aprender, que hay que respetar nuestra dignidad y la de los demás, porque somos dignos, porque somos sujeto de los derechos.
Antiguamente la dignidad no se valoraba. Había personas a las que trataban como un objeto, por ejemplo, a las mujeres o a los esclavos.
Por eso veo que la dignidad es una cosa muy importante en la vida de un ser humano; y ''cuando decimos que hemos perdido nuestra dignidad, creo que no sabemos lo que decimos.''

martes, 3 de diciembre de 2013

''MI EXPERIENCIA DE ELEFANTE POR UN DÍA''

Al principio de curso, mi profesor de filosofía, Jesús Zafra, nos propuso a los cursos de bachillerato ir una mañana disfrazados a clase. Mis amigas empezaron a decir: ¡Qué guay! ¡Yo me apunto del tirón! ¡No me lo pienso dos veces!, y cosas por el estilo. Pero yo no actué de esa manera, me quedé algo bloqueada, no sabía qué hacer. Por un momento, no me gustaba la idea, porque me daba mucha vergüenza, y no quería hacer el ridículo por los pasillos del instituto; pero al hablarlo con ellas me convencieron prácticamente, se iban a disfrazar todas, ¿por qué yo no? Si los demás pueden, ¡yo también!

Llegué a casa y le comenté a mis padres la idea, se quedaron asombrados, pues era una experiencia nueva; me preguntaron que para qué se hacía eso, que cuál era el objetivo, y les contesté:
-Con el fin de perder la vergüenza y superar el miedo.

Me llevé un tiempo pensando de qué me iba a disfrazar, hasta que un día estando en mi casa con mi prima me dijo que por qué no me disfrazada de elefante, un pijama que me compré días antes con Gema, me pareció buena idea.

Pero se iba acercando la fecha y estaba cada vez más nerviosa, hasta días antes me planteé echarme para atrás. Lo hablé con mis amigas, y me dijeron que no fuera tonta, que lo habían hecho todas y que tenían ganas de verme disfrazada.

Tuve la suerte que me tocara disfrazarme un día que tenía la asignatura de filosofía, ya que mi profesor vería en primera fila a un elefante.

Antes de salir de casa.
Llegó el día, viernes 29 de noviembre, me levanté de la cama acordándome de que tenía que ir disfrazada, que había llegado mi día. Desayuné... me vestí... me miré en el espejo, y... ja ja já empecé a reírme de mí misma.

Mi madre casi nunca me manda temprano a tirar la basura, ese día lo hizo, le dije que no, por favor, que mandara a mi hermano, pero recapacité, y la verdad que daba igual, que de eso se trataba, así que fui. Al salir a tirarla, el autobús que pasaba, todos mirándome fijamente, incluso un coche frenó en mi calle para asegurarse si era cierto lo que sus ojos estaban viendo, un elefante con una bolsa de basura.

Iba en el coche, pues vivo lejos y en el camino pensaba que dirían los que vieran por la ventana una trompa de elefante, pero también de la divertida mañana que iba a pasar. Suelo llegar pronto al instituto, pero ese día había mucho tráfico y me atrasé un poco. Llegando al instituto, una señora me decía: ¡Hoy no pasas frío en el ''cole'', eh! y al instante un señor mayor, me miró, sonrió y dijo que iba muy graciosa.

El timbre estaba recién tocado, todos en la puerta y un elefante entrando. Me miraban y se reían, pero yo ya no tenía miedo, sino comprendí que de eso se trataba, de venir disfrazada y actuar como si nada.

Pasé una divertida mañana con mis compañeros, sin vergüenza, pues estaban todo el tiempo gastándome bromas, o bien me cantaban la canción ''personalizada'': ''Una <<Tudela>> se balanceaba, sobre la tela de una araña...'' o bien me tiraban de la trompa hacia delante. Sí que pasé bastante calor, ya que el disfraz era demasiado abrigado. Al parecer la mañana se me pasó más rápida de lo que imaginaba.

Al salir del instituto, ya me daba igual de lo que pensaran la gente, incluso llegando al coche, entré en un bar para cambiar un billete, y antes de decírselo al camarero me dijo: ¿Qué vienes a por cacahuetes? Ja ja já...

La experiencia en general fue muy positiva, ya que yo soy algo vergonzosa y me ha servido de mucho. No todos los días se va de elefante al instituto; y lo que en un momento me pareció vergonzoso y ridículo se ha llegado a convertir en una experiencia inolvidable.

Con esta actividad me he dado cuenta que, hoy en día le damos demasiada importancia a la opinión que tienen los demás sobre nosotros mismos, pero no pensamos que lo importante es estar cómoda y a gusto contigo misma. ¡Con la vergüenza no se llega a ninguna parte!